14 Agosto, 2010
EL VALOR DE UN BESO
Por muchas vueltas que le doy, no logro entender cómo un beso entre dos personas que se quieren y están enamoradas, arma tanto revuelo. Cuando aún no se han apagado los ecos de la efusividad de Casillas y Sara Carbonero, tras la final de la Copa del Mundo, llega la locura mediática con el protagonizado por los Príncipes de Asturias en el puerto de Palma de Mallorca.
Cuando Iker Casillas, en lo que yo califiqué como algo natural y producto del amor que siente por Sara, la besó después de ganar España el Mundial en Sudáfrica, algunos de mis amigos me dijeron que “ese momentazo” tendría que hacerme hecho saltar del sofá. Alguno reconoció, incluso, haber aplaudido en su casa cuando el capitán de la roja tuvo el arrebato de pasión. Yo, la verdad, tengo que reconocer que no lo ví en directo. Estaba haciendo zapping cuando se produjo la instantánea en Tele 5. Cuando empezaron a llamarme para contarme “la buena nueva” que revolucionó el mundo, pues me quedé anclada en “la pantalla amiga” para ver la repetición de ese beso que ya ha creado historia.
Estos días, Pau Gassol repitió situación con su novia en Galicia, donde están pasando sus vacaciones. Lo hizo en público, ante la prensa que le seguía los talones desde que aterrizó allí, y con la mayor naturalidad del mundo, que es como hay que tomar estas cosas cuando son producto de una relación estable de una pareja enamorada.
Por eso me sigue sorprendiendo todo el revuelo mediático que se ha organizado con el beso de los Príncipes de Asturias. Un beso, al parecer, “robado” por unos fotógrafos avispados que, desoyendo las directrices de los que protegen a la pareja que daba por terminada la sesión fotográfica oficial, se mezclaron entre el público del Club Naútico de Palma y captaron lo que es algo natural y lógico, que el príncipe bese a la princesa cuando llega a tierra. Lo que ya deja de ser natural es el empeño constante porque esas felices, naturales y bonitas instantáneas se quieran ocultar a la opinión pública.
Es cierto que, el día de su boda, estuvieron muy sosos en el balcón del Palacio Real cuando se besaron ante todo el mundo. Un casto beso enla mejilla y otro en la frente de Letizia, durante la cena del enlace, fué la única muestra de amor de la pareja en ese día, al margen de las miradas a los ojos durante la ceremonia que, la verdad, decían mucho. Pero, también es cierto, que todos imaginamos que en su diccionario de besos figuran unas cuantas variedades y que, con total seguridad, las pondrán en práctica. Por eso,no sé porque la gente y los medios de comunicación se vuelven locos con ese beso en los labios en Mallorca. Seguro que no es el primero que se dan ni tampoco será el último. Que sea en público los hace más naturales, más cercanos. Que intenten evitar que el mundo lo vea es lo que les sigue haciendo distantes, especiales y cuestionados….
Oscar | 18 Agosto, 2010
Pues fijate que yo beso todos los días en los labios y no salgo en el Hola ¿será que no soy famoso? si es que hay que ver la falta de interés que tiene el periodismo del corazón hoy en día. si esto es lo más interesante que se puede tener apaga y a casa. ¡¡¡¡ que pena !!!!